Damasco, 4 may (SANA) Al sureste de Damasco, la capital siria, se encuentra la ciudad de Jaramana, con una superficie de aproximadamente 600 hectáreas. Su nombre, derivado del idioma arameo, significa “hombres fuertes” y refleja su resiliencia a lo largo de la historia y ante los desafíos del presente.
Jaramana: Siria en miniatura
Jaramana ha sido llamada durante mucho tiempo “la pequeña Siria”, no solo por su proximidad a Damasco, sino también por ser una encarnación viviente de la diversidad siria. Allí, musulmanes y cristianos convivían en armonía y acogían a refugiados procedentes de diversas provincias sirias y de países vecinos, convirtiéndose en un modelo de unidad nacional y cohesión social.
La importancia de Jaramana no se limita a su diversidad demográfica. También representa un centro económico vital en la campiña de Damasco, famoso por su vibrante actividad comercial y sus instalaciones industriales que apoyan la economía local.
De un pueblo agrícola a una ciudad bulliciosa
Jaramana, cuyos orígenes se remontan a tiempos antiguos, fue mencionada por historiadores destacados como Yaqut Al-Hamawi e Ibn Battuta. Era uno de los pueblos fértiles de la Ghouta de Damasco, que dependía de la agricultura, especialmente del cultivo de nogales y albaricoqueros, y era regada por el río Aqrabani, un afluente del Barada.
Con el tiempo, se transformó en una ciudad vibrante, cuya población aumentó de 5.000 habitantes en la década de 1950 a casi un millón con la afluencia de personas de otras provincias. Esto le proporcionó una rica diversidad que incluía a todos los componentes de la sociedad siria, así como a refugiados de Palestina e Irak.
Jaramana y la Revolución Siria: un refugio para los desplazados
Al comienzo de la Revolución Siria, Jaramana acogió a miles de personas desplazadas de las zonas afectadas por el conflicto. Su población ascendió a casi dos millones, afirmando así su papel humanitario y el espíritu de solidaridad entre su gente. Jaramana también fue una de las primeras zonas de Damasco que reflejó la fe de su pueblo en la libertad y la dignidad.
Economía diversificada y urbanización renovada
Jaramana fue testigo de una transformación económica de la agricultura al comercio y la industria, con un importante desarrollo urbano. Sus mezquitas e iglesias reflejan su diversidad.
Un modelo para la unidad de la nueva Siria
Hoy, Jaramana afirma la importancia del diálogo y la convivencia. Las autoridades locales trabajan con los notables de la ciudad para mejorar la seguridad y la estabilidad. Durante la fase de reconstrucción, su pueblo aspira a servir de modelo para una nueva Siria basada en la unidad nacional y el desarrollo sostenible, reviviendo los valores de tolerancia y paz que caracterizan a la auténtica sociedad siria.