Damasco, 4 may (SANA) Durante los últimos días, hemos sido testigos de una peligrosa escalada israelí contra Siria. Cuatro civiles resultaron heridos cuando aviones de guerra israelíes atacaron las cercanías de la aldea de Shatha, en el noroeste de Hama. Otras cuatro personas murieron en ataques contra la aldea de Kanaker, al oeste de Sweida. Mientras tanto, cazas israelíes lanzaron ataques contra las cercanías de la ciudad de Harasta, en las afueras de Damasco.
La fuerza aérea del ocupante también incursionó en las cercanías de la ciudad de Izra y el pueblo de Muthabin, en la provincia de Deraa, así como atacó las cercanías del palacio presidencial en Damasco. Esto constituye una flagrante violación del derecho internacional y una clara agresión contra la soberanía y la independencia de Siria.
La entidad israelí ha reanudado también su juego malicioso de intervención directa e incitación a las tendencias sectarias y separatistas, intentando explotarlas para promover su agenda de debilitar al Estado sirio y perpetuar la división y el caos al servicio de sus planes.
Esta injerencia no puede separarse de las agresivas políticas israelíes, basadas en la explotación de las diferencias dentro de los países árabes para debilitarlos y transformarlos en entidades frágiles, esto se enmarca en el sueño expansionista de establecer el “Gran Israel”, que pretende lograrlo mediante políticas coloniales y expansionistas basadas en el lema “divide y vencerás” para lograr sus planes.
En este contexto, cobra relevancia el Plan Oded Yinon, publicado en 1982 en la revista hebrea Kivunim, que demuestra claramente el plan de Israel de desmantelar y fragmentar el Medio Oriente en estados en conflicto, dividiéndolos y desmantelándolos de una manera que los vuelva incapaces de enfrentarse a Israel o de hacer frente a su agresión y sus ambiciones.
No sorprende que la ferocidad de los ataques israelíes y su flagrante intervención en Siria hayan aumentado, desde el primer día de la caída del antiguo régimen.
La agresión israelí hacia Siria quedó claramente evidenciada en las declaraciones de los funcionarios de la entidad ocupante, ya que su primer ministro, Benjamin Netanyahu, declaró en más de una vez que se opone al establecimiento de una Nueva Siria, pidiendo el desarme y el no despliegue de fuerzas del Ejército Árabe Sirio en todo el sur de Siria, en una flagrante interferencia en los asuntos internos.
También hizo afirmaciones falsas sobre garantizar la seguridad del componente druso en Siria, rechazando cualquier amenaza al mismo.
La respuesta a estas declaraciones condenadas llegó por parte del Jeque de la Comunidad Monoteísta Musulmana drusa, que afirmó en un comunicado emitido el 29 de abril que su postura nacional y religiosa a lo largo de la historia nunca ha sido otra que la de estar al lado del pueblo de una nación, y que Siria, con la unidad de su pueblo y su territorio, es fuerte contra las conspiraciones.
La declaración enfatizó el rechazo a la sedición y la discordia, y la oposición a cualquiera que se atreva a alterar la unidad del pueblo sirio, incluidos los que están causando estragos, destrucción y conflictos.
Las intervenciones israelíes no se detuvieron en las declaraciones agresivas del primer ministro del gobierno ocupante contra Siria. Más bien, sus ministros de Defensa y de Asuntos Exteriores, Yisrael Katz y Gideon Saar, participaron en esta campaña coordinada, mientras intentaban incitar al componente kurdo a enfrentarse al gobierno sirio.
Esto no encontró la respuesta deseada entre los diversos segmentos del pueblo sirio, ya que la gran mayoría expresó su rechazo a tales intervenciones y ataques, y su apoyo a la dirección y al ejército ante cualquier agresión a territorio sirio, como ocurrió en el heroico enfrentamiento al intento de incursión israelí en la zona rural de Deraa.
Hoy, la maliciosa política israelí de incitar al conflicto sectario, la división y la discordia ha vuelto en su forma más flagrante contra Siria. Vemos intentos frenéticos de incitar al conflicto e incitar a ciertos grupos a fomentar el caos y oponerse al Estado y sus instituciones legítimas.
Todos debemos ser conscientes de los peligros y repercusiones de esto, y permanecer UNIDOS contra estos intentos de atentar contra Siria y su pueblo, y de derrotar los agresivos planes y proyectos expansionistas de Israel.