Damasco, 18 mar (SANA) Las calles de Damasco, la capital siria, se adornan con luces, faroles y colores vibrantes, reflejando el espíritu del Ramadán, mes del ayuno musulmán.
Las decoraciones de Ramadán son una antigua tradición que simboliza la hospitalidad y la generosidad, y expresan la alegría de dar la bienvenida a esta fiesta religiosa.
Cuando las familias, jóvenes y mayores, se reúnen para decorar calles, casas y tiendas, crean un ambiente amistoso y alegre, y fortalecen los lazos comunitarios.
El Ramadán llegó este año de forma diferente, pues a pesar de los acontecimientos que vive el país, los damascenos persisten en embellecer su entorno con los más finos faroles y guirnaldas de luces.
Durante el Ramadán, en Damasco se inspiran los valores de unidad, generosidad y patrimonio cultural, que demuestran que los sirios por más penurias que pasan no dejan de mostrar amor a la vida y sus tradiciones ancestrales.