Damasco, 12 feb (SANA) Abdul Karim, un niño sirio de 14 años. Se desplazó con su familia de la ciudad de Harasta al este de Damasco.
La destrucción de su hogar y las difíciles circunstancias lo obligaron a dejar su escuela y trabajar en una panadería, para mantener a su familia y ayudar a su padre.
El sueño de Abdul Karim no lo abandona nunca y es “volver a la escuela y continuar sus estudios con sus amigos.
Él quiere convertirse en profesor en ciencias, lo que tanto le apasionaba, y aspira a recuperar sus derechos robados como millones de niños sirios.